Es mañana, pero esto me lo están pidiendo hace mucho.
Tengo que despedirme de vos agradeciéndote para revertir esa amarga desolación de inicios de diciembre del 2019 donde vi quién eras realmente por primera vez.
No, no arranco con un reproche, muy por el contrario, es una autocrítica, una especie de mea culpa. Quizás vos siempre fuiste lo que sos, y yo como te dije esa tarde en la puerta de tu departamento amueblado de soltero ocasional, "te puse en un pedestal". En el fondo siento que eso es lo más cercano a la realidad. Vos no tenés culpa de que yo te haya endiosado, que te haya adjudicado cualidades que no posees o que le haya dado un reinado ininterrumpido de 8 años a mi hemisferio derecho del cerebro.
De lo que sí tenés responsabilidad es en haberme mentido en mi cara, por cobarde, por inmaduro, por no haber podido estar a la altura.
Pero eso, sinceramente ya... no importa.
Y lo digo sin dolor en el alma. ¡Por fin! Me llevó 14 meses, 425 dias para ser exacta recuperarme y poder decirte estas palabras, poder ponerlas sobre blanco para hacer lo que, como dije al inicio, me vienen pidiendo hace mucho: agradecerte, mandarte un beso con la mano y decirte #Bye! con una sonrisa en la cara.
Las despedidas nunca me gustaron pero es cierto que la nuestra fue amarga, extremadamente fuerte y desesperanzadora. También es cierto que te maldije en tu futuro si hilamos fino (se el poder que tienen mis palabras pero también se que no mentí lo que mal empieza mal acaba y ustedes empezaron mal) Se también que te dije que a partir de ese día para mí "estabas muerto". Lo se, recuerdo tu cara y también se que sabés que mentalmente te hice llegar muchos malos momentos. NO, no me arrepiento, tampoco soy una carmelita descalza, soy bruja. Y te las merecías. Las brujas somos así. Somos justas. No nos arrepentimos pero sabemos cuando parar. Y sinceramente hoy, ya no estás en mis pensamientos.
Eso es bueno, alegrate.
Gracias por los momentos vividos que fueron realmente muchos y buenos. Has sido un buen amigo. Gracias por las risas, por las películas en el cine que vimos, por los paseos y las conversaciones profundas, por las noches que dormimos juntos y por la cantidad de cosas que compartimos que unían nuestro mundo, era un mundo privado, íntimo y hacia el final de nuestra relación sumamente cómplice. Ya no necesitábamos hablar, con la mirada nos entendíamos. Gracias por apoyarme en mis carreras, has sido el primero con quien lo hablé antes de tomar las decisiones que tomé y fuiste el primero en apoyarme, también en escucharme atentamente cuando me ibas a buscar luego de clases a la Facultad o al Posgrado y te contaba todo con el entusiasmo de la buena nerd que soy. Me encantaba que te sumaras como si fueras uno más. Me atrapó siempre tu inteligencia, conversar con vos es disfrutable. Eras mi persona favorita. Lo sabías. La primera a quien le quería contar todo.
Gracias por bancarte cosas de mí que no estuvieron bien. Ya este pedido de disculpas lo hice personalmente aquella vez, pero lo vuelvo a mencionar porque lo hice de corazón. Gracias por sostenerme las veces que me quebré y por todos los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas que compartimos sentados uno frente al otro, conversando, a lo largo de nuestra vida juntos. Gracias por escucharme contarte los sueños, a la mañana con café en mano. Esa simplicidad de la vida me gustaba.
Gracias por sostenerme cuando fuimos a castrar a Duce, eso estuvo muy lindo, la verdad que lo recuerdo y me hace bien. Gracias por las luces que instalaste en casa y mis pizarras donde delineo mi nueva vida si, no esperes grandes demostraciones de amor porque la verdad tampoco es que me siento con la necesidad de rebalsarte amor, sólo gratitud. Tampoco la pavada..
Una cosa finalmente. Se que sabés que hay un hombre que marcó un antes y un después en mi vida y se que te preguntás dónde, cómo y cuándo. Si es dócil y hace mi voluntad, si me cumple o no los caprichos. Si es simpático, gracioso y tiene un auto mejor que el tuyo (sabes que lo pensas por más tonto que suene) Si es más joven o más grande como es mi tendencia natural. No voy a entrar en detalles porque nada tiene que ver. No te preguntes cosas que te lastiman, porque no tiene sentido. Sólo puedo decirte que por ese gran amor, por entender lo que hace al amor verdadero e incondicional es que puedo hoy dejarte ir verdaderamente en paz y que puedo desearte que realmente seas feliz. Porque entiendo hoy lo que es y lo que no es. Es por el poder del amor que aprendemos a renacer, nunca por el amor al poder. Y a nosotros dos nos gustaba demasiado ganar.
Se también que te preguntarás cómo soy con él. si hago cosas que con vos no y todas esas preguntas que vienen del ego. Si te hacés preguntas del alma puedo contestarlas, y todas son un "SI". Es la primera vez además que lo voy a decir en público y la noticia es que ya no siento pavor de hacerlo, todo lo opuesto: ¡me siento feliz y no veo la hora! ♥
Sabés que nunca fui de hablar de matrimonio ni buscarlo, tampoco era mi sueño caminar de blanco, pero acá estoy, descubriendo en mí una mujer nueva. No fue un recurso literario cuando utilicé el verbo "renacer".
Todo lleva su tiempo, se que todo ocurrió como debía suceder, ni antes ni después. Ojalá cuando te enteres y lo leas en el diario vos también estés feliz por mí. En el fondo me gustaría que así fuera, fuiste un hombre importante para mí y se que a lo largo de los años vamos a recordar nuestra relación como algo bonito y profundo.
Hasta ese día, que estés bien Pablo.
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Las palabras nunca son inocentes